Hubo un tiempo que estuve demasiado obsesionada con leer sobre hábitos. En general, cómo crear nuevos y analizar nuestro comportamiento diario. En cierta manera, somos una especie de robots, hay muchas cosas que hacemos de forma automática que ni nos damos cuenta.

En este post en específico me refiero mucho a una técnica que, si no estoy mal, lo leí en el libro de Atomic Habits de James Clear: el encadenar hábitos nuevos con hábitos viejos. Debo decir que desde hace unas semanas que empecé a publicar otra vez videos en Youtube, me he sentido como renovada y muy motivada. Por accidente, descubrí algo que me gustó mucho hacer y que he logrado “encadenar” al viejo hábito de escribir en el blog y ahora de editar los videos: el ir a un café o un restaurante que me guste mucho y trabajar ahí. Se ha vuelto una nueva rutina semanal, que hoy repito por segunda vez desde uno de mis restaurantes favoritos.

Yo sé… para muchos eso es muy normal. Pero yo nunca lo había hecho, y se sintió rico poder hacer mis cosas y mi proyecto en un lugar distinto, aprovechando la ayuda de mis papás con Paula. Se siente casi como si tuviera mi propia oficina móvil. Mi “propia habitación” como diría Virginia Woolf 😀

Por si no conocen este lugar, y viven en Guatemala, se llama Happi 🙂 Me encanta porque tienen muchas opciones saludables, vegetarianas y veganas. Hoy decidí pedir mi smoothie bowl favorito :p (obviamente con chocolate y mantequilla de maní)

Tal vez este post sea un modo de recordatorio: No olviden de tratarse bien. Más aún cuando están tratando de implementar cambios en sus vidas, hábitos y rutinas nuevas. No olviden de recompensar sus esfuerzos… si no lo hacen ustedes, ¿quién lo hará?