Desde que era pequeña siempre pensé que sería divertido siempre llevar una cámara conmigo. Me gustaba mucho ver los niños en las películas que salían con cámaras a documentar todo, o los que decían que tenían su propio programa. De alguna forma, con el paso del tiempo y la tecnología creo que eso nunca se fue de mi cabeza. Los caminos de la vida me llevaron a crear mi canal de Youtube.
Tres años después de haber empezado este viaje, puedo decir que nunca había tenido tantos cambios y preguntas sobre todo…. en especial sobre mi misma. Puedo reconocer en cada uno de mis videos mi estado mental, cómo me sentía en esa temporada y qué estaba tratando de hacer para poder sobresalir y cumplir mi meta: poder monetizar mi canal. Y déjenme decirles algo, monetizar un canal es una tarea muy difícil. Tal vez hay temas o nichos que se ayuden de tendencias para ser “virales” y llegar más rápido. Pero en general, no hay una fórmula mágica para poder llegar a cumplir ese sueño.
Este año ha traído muchas lecciones. En cuanto a Youtube específicamente, he aprendido que lo más importante es recordar nuestro “por qué”. Uno que perdí de vista por mucho tiempo, por querer estar imitando el estilo de video de muchos Youtubers que admiro. Fue así como recordé hace unas semanas mi pequeño sueño de pequeña al tener mi propio programa. Por alguna razón, ya estando al borde de eliminar mi canal, me seguían apareciendo videos de personas con micrófonos y sus podcasts. Es increíble la sensación que me provocaban estas imágenes y videos: una especie de mariposas en el estómago y unas ganas de salir corriendo a buscar mi equipo para empezar a grabar y hablar. Dejé pasar esta sensación hasta que finalmente, una noche donde estaba leyendo, apareció en mi cabeza:
“¿Por qué quize crear un canal de Youtube? Porque me sentía un poco aburrida con mi trabajo. Quería tener una forma de compartir lo que he aprendido estos años sobre minimalismo y ecología para poder enseñarle a la gente que es posible vivir de forma intencional y ser feliz”
Es así como, considerando la etapa de mi vida en la que estoy, lo que es posible dar para mi y mis niveles de energía… me fui a lo más básico: un podcast en video con una edición simple. Un podcast sin guión, sin filtro, espontáneo donde simplemente pueda estar hablando sobre un tema en específico y no preocuparme por poner videos de stock o hacer mi propio stock. Solo hablar. Dar sin rodeos la información. Así fue como surgió el primer episodio del podcast esta semana:
Aquí explico un poco más lo que estaba pasando por mi cabeza durante los meses que no publiqué nada. Entre ello, los factores que me llevaron también a tomar decisiones importantes sobre el tipo de contenido que quiero hacer de ahora en adelante.
Así que, básicamente, a finales de año decidí darle un giro a mi contenido y empezar una nueva etapa. Espero que les guste 🙂 y definitivamente estaré publicando los videos en Spotify también para revivir el podcast en esa plataforma.
¡Gracias por acompañarme en esta aventura!