Cómo dejar ir y simplificar más

Me he dado cuenta leyendo mis antiguos diarios y bullet journals, que siempre he querido lo mismo y nunca he logrado hacerlo: tener una vida simple. Por más sorprendente que suene para algunos, considerando la cantidad de veces que he hablado de minimalismo y llevar una vida intencional, creo que nunca he estado conforme. Siempre he pensado que puedo llegar a simplificar aún más.

Y esta vez, creo que al fin he empezado a ver cambios.

Como diría la letra de la canción “Oldies Station” de Twenty One Pilots:

“…In a season of purging things you used to love
Everything must go…”

Literal esto es lo que he estado haciendo desde hace un par de meses. Antes que llegara esta canción, mencioné que mi mantra de este año es “Let go”; y algo que he aprendido en el camino es que está bien incluso aceptar y dejar ir pasatiempos o actividades que creíamos que queríamos hacer… pero que al final tal vez ya no tanto.

Ejemplos de esto, en mi caso, es el querer aprender a tocar guitarra. Más de 15 años después me di cuenta que le perdí la pasión. Me costó aceptarlo la verdad, y después de casi romper mi guitarra por cambiarle las cuerdas a unas metálicas, al final, decidí hacer un pequeño proyecto con ella y poderla reutilizar como decoración para la casa, en una especie de repisa 🙂 Otra cosa es mi necesidad de hacer algo creativo. Entre todo lo que me puse a hacer el año pasado, bordar, dibujar sumado a la grabación y edición de videos y episodios de podcast ya me estaba agotando. Y si le sumamos Instagram… peor. Con razón no lograba simplificar al nivel que yo siempre he querido y necesitado. La carga mental era demasiada. Todavía, si le agregamos el hecho de tener un freelance web de vez en cuando. Ahí ya sentía que mi cabeza iba a explotar.

Y viene a eso, como dirían por ahí, que renuncié a todo esto. Poco a poco, fui soltando cada uno. Sí… esta es mi forma de decir también que no me alcanza la vida para hacer videos en esta etapa de mi vida. Estoy dejando de hacer videos, y tampoco me ha molestado para nada.

Eso significa que mi vida creativa se limita a

  • Escribir (blog y diario)
  • Pintar acuarela.

No tengo una “to-do list” para todos los días. Eso lo dejé solo para mi trabajo, pero en cuanto a mi vida personal, terminé armando mi lista de no-negociables: hábitos que necesito hacer todos los días y me hacen sentir bien física, mental, emocional y espiritualmente. Ha requerido un poco de experimentación, ver en qué momentos del día es mejor hacerlos, sin embargo, son pequeñas rutinas que van marcando una estructura del día y que se sienten naturales.

Nunca lo hubiera pensado que en esta etapa de la vida estaria depurando cosas que me gustaban. Pero es increíble la paz que me da el tener menos cosas que hacer. Me hace reflexionar mucho sobre las tareas que nos solemos poner a nosotros mismos. ¿Por qué lo hacemos? ¿Por algún mecanismo de defensa? ¿Para no pensar? ¿Para mantenernos ocupados? ¿Por qué queremos mantenernos ocupados? ¿Son tareas de verdad importantes? ¿o son tareas solo para “rellenar” nuestros días? Y la gran pregunta: ¿hacemos estas tareas para complacer a alguien más, a nosotros o a una “versión ideal” de nosotros?

Ya es mucho para pensar hahaha. Si tienen algo que agregar, ya saben qué hacer 😉